ESCRITO POR EL BALSERO
Muchas veces, y casi sin darnos cuenta, podemos convertimos en fracciones de segundos en los malos del cuento, en ese “lobo feroz” que asecha a un lado del camino esperando que aparezca Caperucita Roja, en ese alguien que, por decir la verdad en voz alta, dar un «NO» a tiempo, o actuar según sus convicciones se convierte en el personaje pérfido de una historia, que lleva casi 63 años sin tener ni pies ni cabezas, pero que si parte de la premisa fundamental del socialismo totalitario que consiste en dividir y al mismo tiempo etiquetar a los ciudadanos en BUENOS Y MALOS.
En estos días a raíz del 15N hemos tenidos como protagonista al Yunior Garcia que antes del 15 se veía como un líder que portando una rosa blanca nos iba a llevar por la senda de la libertad y que después del 15N se volvió en un traidor que se olvidó de todo un pueblo que no salió a las calles a gritar, aunque fuere PATRIA Y VIDA portando en sus manos, como Yunior, una rosa blanca. O sea, dicho a lo que nos enseñó el Coma-Andante… un día era BUENO y cuando la gente se enteró que estaba en España, de la noche a la mañana, se convirtió en MALO… y fue entonces, que aparecieron los cubanos que piensan como dicen la canción de Maricela; que el mundo se divide exactamente a la mitad, nosotros los cubanos y el resto de la humanidad.
Ahí somos los más conocedores de política, cuando en 63 años no hemos sabido hacer nada por ser libres. Los de adentro, un gran porcentaje, APENCADOS, y los de afuera criticando y juzgando, como siempre, a todo el que hace algo distinto a lo que nosotros hubiéramos hecho si hubiésemos sido Yunior.
La historia se repite y por eso me sorprende tanto que estemos tan sorprendidos —y valga la redundancia— de que Yunior haya salido echando con la ayuda del amigo sincero que le dio su mano franca, o mejor dicho, le dio la visa y el boleto que le permitieron volar, atravesar el Atlántico, y llegar a la tierra que hace 500 años nos mandó a esos hombres que hablando con la Z navegaron el Atlántico, en sentido contrario, para regalarnos el mejor invento que el ingenio humano haya conseguido: La Mulata.
Pero volviendo al Yunior… me surgen un sinfín de preguntas que intento razonar para no dudar de la inteligencia del cubano y mucho menos creer en esa falsa ingenuidad que hemos fingido como un medio de supervivencia.
¿Realmente alguien cree que a esa dictadura se podrá derrotar con un rosa blanca en la mano, vestido de blanco y gritando PATRIA Y VIDA? Triste ingenuidad.
¿Realmente alguien cree que con esa dictadura se puede negociar o dialogar para decidir el destino de nuestra patria? Tonta ingenuidad.
Conociendo el modo de operar de esa dictadura a lo largo de estos casi 63 años ¿Pensaron que se iba a quedar con los brazos cruzados cuando se anunció que se saldría a la calle primero el 20 y después el 15N? Infantil ingenuidad.
Si sabemos que de cada 10 cubanos que se agrupan para hacer cualquier cosa, aunque esta no sea conspirar en contra del gobierno, 7 son chivatos al servicios de la Seguridad del Estado, ¿Alguien puede creer que el grupo Archipiélago y otros tantos que existan hoy día en la isla estén exentos de ser penetrados por el G2? Menuda ingenuidad.
A todos los que nos salimos del país, por cualquier vía, nos tocó caer en la clasificación de MALOS, según la historia que cuenta el oficialismo: Ese tipo se fue, porque resultó ser un flojo de patas, un vendepatria, una escoria, un esbirro más al servicio de la mafia de Miami, etc., etc. Incluso para nuestros hijos que tuvimos que dejar abandonados al fugarnos.
No seamos ilusos, más de uno pensó de nosotros lo mismo que hoy dicen de Yunior y créanme que mañana le tocará a Saily y a todo el que pueda escapar cuando se sienta solo, porque esa gente por la que intentó luchar ni tan siquiera salió a colgar una sábana blanca en señal de apoyo al movimiento.
Es muy fácil hablar, opinar y dar soluciones desde posiciones ventajosas, pero eso no es lo que voy a criticar porque sería caer en el juego de ese mal gobierno que está a punto de festejar un cumpleaños más a costa de matar de hambre a un pueblo que todavía le cree que sus desgracias son por culpa del criminal embargo de los americanos.
Y es por todo esto, que lo que verdaderamente quiero decir, sin que se mal interprete ni menospreciando lo mucho o lo poquito que hacemos muchos por ver a Cuba en libertad, pero amigos, a esa dictadura no se derroca con ninguna manifestación de arte, ni con buenas intenciones, ni con dialogo, ni estudiando la constitución del 40, y muchos menos por medios pacíficos… A esa dictadura no se derroca con palabras ni en ninguna organización internacional que ha volteado la cabeza durante estas seis décadas sin reconocer que el Gobierno cubano es una Dictadura asesina, que viola constantemente los derechos humanos y la constitución. A esa dictadura quien único la puede tumbar son los cubanos que viven en la isla que nos demuestran a diario que son los únicos que no quieren ser libres. Mientras no salgan a la calle a exigir y reclamar su libertad y además luchar por ella sin pensar que los métodos pacíficos son la solución.
Cuba seguirá siendo esclava:
Mientras exista un pueblo que todavía cree en el poder de un muerto que está hecho polvo y metido en una espantosa piedra y que penosamente a estas alturas de la vida grite YO SOY FIDEL…
Mientras exista un pueblo que todavía repite las mismas frases que se usaron en los actos de repudio de los años 80 y que pareciera que es feliz al hacerle daño a otro que es igual de jodido, simplemente por no pensar igual.
Mientras exista un cubano que solo piense en la pacotilla, en tener el iPhone mas caro y en el wifi como sus primeras necesidades, incluso, antes de ser libres.
Mientras exista un exilio que siga mandando dinero y viajando a la isla para especular lo mucho o lo poco que pueda tener y dándole oxigeno a la tiranía llenando sus arcas de divisas para usarlas en contra de ese mismo pueblo que gobierna.
A Yunior hay que agradecerle algunas cosas de las que hizo. Creo que el despertar de la conciencia de muchos, romper el silencio de otros y activar la valentía que duerme plácidamente en la mayoría de los cubanos de adentro. Pero desgraciadamente se declaró ser un hombre de izquierda y, para mí, perdió la más mínima credibilidad que pude haber depositado en sus acciones porque siempre he defendido la idea, y es mi opinión muy personal, que “La izquierda es como la MIERDA… EN TIEMPOS DE REVUELTA SIEMPRE SUBE...