lunes, 29 de noviembre de 2021

¿Sabías Cuál fue el resultado de la victoria de Castro en Angola?

 


¿Sabías qué Castro ordenó la invasión de Angola para ayudar al líder nacionalista Agostinho Neto y evitar que las fuerzas de LA UNITA se adueñaran del país?

Pero ¿Cuál fue el resultado de la victoria de Castro en Angola?

Pues aquí te lo vamos a decir.

Sabías qué:

1.   Pocos meses después de que las tropas de Castro tomaron el control del país, Angola se convirtió en uno de los mayores socios comerciales de los Estados Unidos en África.

2.     Los bancos de Wall Street como el Chase Manhattan Bank, Bankers Trust, Citibank y Morgan Guaranty, dieron grandes préstamos a Angola.

3.     Los negocios de la General Motors, General Tire, Caterpillar, Boeing, IBM, NCR, Pfizer, Xerox y otras grandes empresas, florecieron en el país africano.

4.    El 95 por ciento del petróleo de Angola se exportaba a los países occidentales.

5.     Los soldados de Castro protegían las refinerías en Cabinda de los posibles ataques de “saboteadores” y Castro era pagado en dólares por sus servicios.

6.    La mitad de la producción del petróleo del Golfo en Angola terminaba en las refinerías de los EE.UU.

7.     El consorcio De Beers controlaba las minas de diamantes.

Ese fue el resultado directo de la política “antiimperialista” y “anticolonialista” castrista en Angola. A nosotros los cubanos nos tocó poner los muertos.

El pasado El 10 de noviembre hicieron 46 años de que Fidel Castro, en medio del mayor secreto, despidió en el aeropuerto de Rancho Boyeros a un primer destacamento de 82 hombres (que coincidencia que fue el mismo número de los que salieron de México el Granma) bien entrenados que pertenecían a las Tropas Especiales del Ministerio del Interior, vestidos de civil, que volaron a Luanda en un avión Britania de Cubana de Aviación. Esta guerra duró mas de 13 años y más de 350 000 cubanos pasaron por Angola. Jamás un país del Tercer Mundo había emprendido un empeño militar de tal envergadura.

miércoles, 24 de noviembre de 2021

LAS TRAMPAS DE LA DICTADURA.

 LAS TRAMPAS DE LA DICTADURA.

CHARLIE – EL BALSERO.


Esto es uno de los ejemplos más nítidos para entender que en ningún gobierno dictatorial y totalitario se puede creer… pero el cubano, de adentro, en su franco desespero por salirse del infierno, decide salirse a otro infierno, porque entre uno y el otro, las llamadas son locales y no cuestan, como decía un chiste de antaño.

Daniel Ortega está dispuesto a recibir a todo cubano que quiera solicitar una VISA para ese país… ¿De verdad se la creen? Y no dudo que se vayan a ir unos cuantos miles de cubanos para ese otro miserable país, lo que dudo son en las buenas intenciones de esa versión 2.0 del cenicero en Centroamérica.

Veamos algunas interpretaciones que podemos dar a este ACTO DE BUENA FE…

1. El gobierno de Diaz Canel atraviesa por uno de los momentos más difíciles de su mandato. Los sucesos ocurrido en Cuba en el ultimo año, son mas que suficientes para entender que el dictador cubano necesita una válvula de escape para despresurizar la situación caótica que ha provocado la oposición.

2. Por lo anterior se necesita sacar a todos esos miembros de los grupos opositores que serán amenazados, de seguro, con el lema clásico de la dictadura: O te vas a te jodemos la vida a ti o a tu familia. ¿Qué prefieres 20 años encerrado o seguir libre fuera de Cuba? Y es evidente que escogerán lo segundo.
3. También es evidente que todo el que se salga no tendrá a Nicaragua como su futuro a mediano plazo… su objetivo será, por razones obvias, USA como destino final y, en momentos donde ya no existe el decreto pies secos / pies mojados, esto será sin dudas un caos en las fronteras, al sur de México y al sur de Estados Unidos.

4. Ojo con el razonamiento 3. Si esto se trata de un plan macabro, como es de sospechar, México pudiera estar metido en esta trampa diciéndole a cada cubano que llegue a la frontera: Te doy entrada al país, y hasta te hago mexicano, pero a cambio tendrá que votar por MORENA (el partido en el poder) o en su defecto apoyar al pichón de dictador mexicano Andrés Manuel López Obrador en su afán de perpetuarse en el poder.

5. Y, por último: crear el caos migratorio en Estados Unidos. No olviden que los simuladores de la democracia, LOS DEMÓCRATAS en el poder y en especial, el descendente del oscurito más carismático que ha gobernado en la gran nación, no quiere resolver el tema migratorio, porque eso les resuelve muchos problemas. La demanda de mano de obra, barata e ilegal sigue siendo una buena ventaja para aquellas empresas en las que los ciudadanos americanos no quieren trabajar.

Amigos, en particular a esos paisanos ilusionados por que van a ser libres… pudieran estar vendiendo su alma al mismísimo diablo. Ahí se las dejo de tarea.

Y NO OLVIDEN... DE BUENAS INTENCIONES ESTÁ PLAGADO EL CAMINO QUE CONDUCE AL INFIERNO.

lunes, 22 de noviembre de 2021

EN TIEMPO DE REVUELTAS... LA MIERDA SUBE

ESCRITO POR EL BALSERO

Muchas veces, y casi sin darnos cuenta, podemos convertimos en fracciones de segundos en los malos del cuento, en ese “lobo feroz” que asecha a un lado del camino esperando que aparezca Caperucita Roja, en ese alguien que, por decir la verdad en voz alta, dar un «NO» a tiempo, o actuar según sus convicciones se convierte en el personaje pérfido de una historia, que lleva casi 63 años sin tener ni pies ni cabezas, pero que si parte de la premisa fundamental del socialismo totalitario que consiste en dividir y al mismo tiempo etiquetar a los ciudadanos en BUENOS Y MALOS.

En estos días a raíz del 15N hemos tenidos como protagonista al Yunior Garcia que antes del 15 se veía como un líder que portando una rosa blanca nos iba a llevar por la senda de la libertad y que después del 15N se volvió en un traidor que se olvidó de todo un pueblo que no salió a las calles a gritar, aunque fuere PATRIA Y VIDA portando en sus manos, como Yunior, una rosa blanca. O sea, dicho a lo que nos enseñó el Coma-Andante… un día era BUENO y cuando la gente se enteró que estaba en España, de la noche a la mañana, se convirtió en MALO… y fue entonces, que aparecieron los cubanos que piensan como dicen la canción de Maricela; que el mundo se divide exactamente a la mitad, nosotros los cubanos y el resto de la humanidad.
Ahí somos los más conocedores de política, cuando en 63 años no hemos sabido hacer nada por ser libres. Los de adentro, un gran porcentaje, APENCADOS, y los de afuera criticando y juzgando, como siempre, a todo el que hace algo distinto a lo que nosotros hubiéramos hecho si hubiésemos sido Yunior.
La historia se repite y por eso me sorprende tanto que estemos tan sorprendidos —y valga la redundancia— de que Yunior haya salido echando con la ayuda del amigo sincero que le dio su mano franca, o mejor dicho, le dio la visa y el boleto que le permitieron volar, atravesar el Atlántico, y llegar a la tierra que hace 500 años nos mandó a esos hombres que hablando con la Z navegaron el Atlántico, en sentido contrario, para regalarnos el mejor invento que el ingenio humano haya conseguido: La Mulata.
Pero volviendo al Yunior… me surgen un sinfín de preguntas que intento razonar para no dudar de la inteligencia del cubano y mucho menos creer en esa falsa ingenuidad que hemos fingido como un medio de supervivencia.
¿Realmente alguien cree que a esa dictadura se podrá derrotar con un rosa blanca en la mano, vestido de blanco y gritando PATRIA Y VIDA? Triste ingenuidad.
¿Realmente alguien cree que con esa dictadura se puede negociar o dialogar para decidir el destino de nuestra patria? Tonta ingenuidad.
Conociendo el modo de operar de esa dictadura a lo largo de estos casi 63 años ¿Pensaron que se iba a quedar con los brazos cruzados cuando se anunció que se saldría a la calle primero el 20 y después el 15N? Infantil ingenuidad.
Si sabemos que de cada 10 cubanos que se agrupan para hacer cualquier cosa, aunque esta no sea conspirar en contra del gobierno, 7 son chivatos al servicios de la Seguridad del Estado, ¿Alguien puede creer que el grupo Archipiélago y otros tantos que existan hoy día en la isla estén exentos de ser penetrados por el G2? Menuda ingenuidad.
A todos los que nos salimos del país, por cualquier vía, nos tocó caer en la clasificación de MALOS, según la historia que cuenta el oficialismo: Ese tipo se fue, porque resultó ser un flojo de patas, un vendepatria, una escoria, un esbirro más al servicio de la mafia de Miami, etc., etc. Incluso para nuestros hijos que tuvimos que dejar abandonados al fugarnos.
No seamos ilusos, más de uno pensó de nosotros lo mismo que hoy dicen de Yunior y créanme que mañana le tocará a Saily y a todo el que pueda escapar cuando se sienta solo, porque esa gente por la que intentó luchar ni tan siquiera salió a colgar una sábana blanca en señal de apoyo al movimiento.
Es muy fácil hablar, opinar y dar soluciones desde posiciones ventajosas, pero eso no es lo que voy a criticar porque sería caer en el juego de ese mal gobierno que está a punto de festejar un cumpleaños más a costa de matar de hambre a un pueblo que todavía le cree que sus desgracias son por culpa del criminal embargo de los americanos.
Y es por todo esto, que lo que verdaderamente quiero decir, sin que se mal interprete ni menospreciando lo mucho o lo poquito que hacemos muchos por ver a Cuba en libertad, pero amigos, a esa dictadura no se derroca con ninguna manifestación de arte, ni con buenas intenciones, ni con dialogo, ni estudiando la constitución del 40, y muchos menos por medios pacíficos… A esa dictadura no se derroca con palabras ni en ninguna organización internacional que ha volteado la cabeza durante estas seis décadas sin reconocer que el Gobierno cubano es una Dictadura asesina, que viola constantemente los derechos humanos y la constitución. A esa dictadura quien único la puede tumbar son los cubanos que viven en la isla que nos demuestran a diario que son los únicos que no quieren ser libres. Mientras no salgan a la calle a exigir y reclamar su libertad y además luchar por ella sin pensar que los métodos pacíficos son la solución.
Cuba seguirá siendo esclava:
Mientras exista un pueblo que todavía cree en el poder de un muerto que está hecho polvo y metido en una espantosa piedra y que penosamente a estas alturas de la vida grite YO SOY FIDEL…
Mientras exista un pueblo que todavía repite las mismas frases que se usaron en los actos de repudio de los años 80 y que pareciera que es feliz al hacerle daño a otro que es igual de jodido, simplemente por no pensar igual.
Mientras exista un cubano que solo piense en la pacotilla, en tener el iPhone mas caro y en el wifi como sus primeras necesidades, incluso, antes de ser libres.
Mientras exista un exilio que siga mandando dinero y viajando a la isla para especular lo mucho o lo poco que pueda tener y dándole oxigeno a la tiranía llenando sus arcas de divisas para usarlas en contra de ese mismo pueblo que gobierna.
A Yunior hay que agradecerle algunas cosas de las que hizo. Creo que el despertar de la conciencia de muchos, romper el silencio de otros y activar la valentía que duerme plácidamente en la mayoría de los cubanos de adentro. Pero desgraciadamente se declaró ser un hombre de izquierda y, para mí, perdió la más mínima credibilidad que pude haber depositado en sus acciones porque siempre he defendido la idea, y es mi opinión muy personal, que “La izquierda es como la MIERDA… EN TIEMPOS DE REVUELTA SIEMPRE SUBE...

miércoles, 31 de marzo de 2021

CAPÍTULO 2. HISTORIA DE UN CANALLA

 CAPÍTULO 2.

HISTORIA DE UN CANALLA




1
Ante el umbral del túnel. Noviembre 2 del 2016. 8 a.m.
Pepe sintió como una mano le apretaba con firmeza para que se despertara.
—Ya el comandante te espera —le dijo—. Así que apúrate.
—¿Y aquí no se desayuna? —preguntó.
El guardia no respondió y Pepe fue al baño a lavarse la boca y la cara.
Al llegar a la habitación donde estaba el comandante vio que junto a la cama de hospital dónde se encontraba ya aseado el anciano, había una mesa servida con un apetitoso desayuno. Una tortilla española rellena con papas, jamón y queso. Un vaso de jugo de naranja mezclada con zanahorias y una Malta Hatuey en botella color ámbar que no había visto Pepe desde que salió de Cuba en 1994. Había además un termo con café para que se sirviera cada vez que quisiera.
—¿Sabes cuántos cubanos quisieran un desayuno como ese, Pepe? —preguntó Fidel con cierta ironía en sus palabras. Pepe se dio cuenta que lo decía para provocarlo, pero no hizo caso. Su misión era sacarle toda la información que fuera posible y no defender a un pueblo que se había conformado con migajas durante casi 58 años y que sí tenía lo que tenía era porque se lo merecía.
—Gracias Fidel. De verdad me importa un carajo lo que desayune tu pueblo allá afuera —exclamó Pepe mientras se llevaba a la boca el primer pedazo de aquella deliciosa tortilla de huevos.
Fidel esperó a que terminara de desayunar y como si tuviera en extremo ensayado su libreto empezó a hablar muy despacio. Su hablar tembloroso no daba mucha claridad a sus palabras, pero Pepe sabia prestar atención y guardar toda la prudencia para poder entenderlo todo con claridad.
—Pepe en todas las biografías oficiales sobre mí que he autorizado publicar, se dice que la primera vez que salí al extranjero, sucedió en 1948. Fue un viaje a Caracas, Panamá y Bogotá, patrocinado por el general Juan Domingo Perón. Digamos que esa fue mi entrada delictiva en mi historia internacional. ¿Conoces lo que fue el Bogotazo?
Pepe asintió con la cabeza y Fidel continuó...
—Si en realidad prestas atención a esas biografías, todos coinciden en que, desde septiembre de 1945, fecha en la que entré a la Facultad de Derecho, hasta 1948, mi vida académica se caracterizó por mi ausencia total a clases. Fue justamente mi etapa de pistolero, gatillero y pandillero. Como quieras llamarle. En esa época tuve mucho tiempo libre. Ya había hecho algunas cosas importantes en La Habana, pero la CIA quería verme en acciones mayores. Quería comprobar cómo me comportaba ante la muerte en acontecimientos de mayor connotación. Fue allá en Colombia mi prueba de fuego. Justo en abril de 1948 cuando ocurrieron algunos eventos que dieron lugar a «El Bogotazo».
—Pero me gustaría que primero me contaras esa historia de pandillero o gatillero. Eso es algo que estoy seguro les gustará saber a esas generaciones de aduladores que formaste después del 1959. Me encantaría ver la cara que ponen al conocer la otra cara del mesías o, mejor dicho, la verdadera cara del mesías y la real personalidad que se escondía detrás de esa imagen carismática y aguerrida del guía de América que estaba destinado a dejar un legado histórico, en el que convertiría a todo el continente americano en socialista, destruyendo por completo sus economías. A los ricos los haría pobres y a los pobres los convertiría en miserables.
—Por eso me caes bien, Pepe. Tienes muchos huevos. Ni mi hermano «La China» se ha atrevido a hablarme así.
Pepe sonrió y prendió un cigarro después de tomarse el ultimo sorbo de café que quedaba en la taza. Aprovechó y se sirvió otro poco para ir tomando mientras fumaba.
—Continúo. Te iba a decir que no es cierto que en 1948 fuera ésta mi primera salida de Cuba, puesto que ya había estado dos veces en los Estados Unidos; una aun siendo estudiante de Belén en 1944, y otra como estudiante universitario en 1946, en ambos casos por una rara obsesión que me entró por ser actor de Hollywood.
—Hubieras sido muy bueno. No lo dudaría ni un instante —apuntó Pepe con cierto tono sarcástico.
—Aclarado el punto de mi primera salida paso a detallarte mi historia gansteril, si así lo quieres llamar. Corría el mes de diciembre de 1946, y siendo todavía estudiante de la Universidad de La Habana, fui detenido y acusado de atentar contra la vida de Leonel Gómez, un excompañero de estudios y mi mayor oponente para las elecciones por la presidencia de la Federación Estudiantil Universitaria en la Escuela de Derecho de la Universidad de La Habana. Dirás que la suerte siempre me acompañaba, pero en realidad estaba bien protegido, y para sorpresa de muchos un juez decidió que no había suficientes evidencias para detenerme y me pusieron en libertad.
—Digamos que desde aquellos tiempos ya tenías a un buen padrino en La Habana. No es fácil para un guajiro de Birán haber entrado a estudiar Derecho a la Universidad de La Habana. Es algo así como que un ilegal en Estados Unidos pretenda entrar a estudiar a Harvard. ¿No lo has pensado?
—Elemental compañero. Solo te falta adivinar quien me pagó los estudios. Pero mejor lo dejamos para más adelante. En esa época, en Cuba como en estados Unidos, también existían becas para pobres inteligentes —exclamó al tiempo que esbozaba una irónica sonrisa—. Pepe... ¡ya no me interrumpas chico!
—Okey... —soltó Pepe dejando escapar un suspiro para aflojar las tensiones que sentía en su cuerpo.
—Después entre los meses de junio o julio de 1947, me incorporé con unos amigos cubanos y un grupo de dominicanos para recibir entrenamiento militar con la finalidad de irnos a derrocar al dictador Trujillo, quién era en ese entonces presidente de la hermana República Dominicana. Todo aquello fue una mierda y fracasamos. Por suerte, una vez más pude escapar sin ser detenido, aunque debo confesarte una anécdota que nunca se cuenta en profundidad; la Invasión de Cayo Confites y el momento en que somos interceptado en alta mar, en la bahía de Nipe, mientras intentábamos llegar a República Dominicana. Te decía que pude escapar, pero la realidad fue otra, fui obligado a tirarme al mar, y casi me ahogo braceando antes de llegar al holguinero Cayo Saetía. ¿Me creerás si te digo que es la primera vez que cuento esta historia? —preguntó, pero Pepe no respondió—. Pocos meses después, participé en un atentado, que también fue un fracaso, contra la vida de Rolando Masferrer, quién lideró la fracasada expedición a dominicana. Y, por último, en febrero de 1948, fue asesinado un joven en La Habana. Según recuerdo se llamaba Manolo Castro, y era expresidente de la FEU. Dos días después, me volvieron a detener, acusándome de haber sido yo uno de los que le quitó la vida. Pero, al igual que en las veces anteriores que fui detenido, no hubo evidencias necesarias para probarme el delito y volví a salir en libertad.
—Sin dudas debes haberle costado muy caro a tu padrino para que siempre quedaras en libertad.
—La suerte no es casualidad, Pepe. La suerte es un «Don» que algunas veces se compra, unas se hereda y otras..., pues se nace con ella, chico. Yo nací con suerte —exclamó intentando gritar, pero lo único que alcanzó fue un ataque de tos. Después de unos minutos de una tos continua se recuperó y prosiguió con su desnuda narrativa—. Todo esto hizo que la CIA supiera de mí a través de oficiales que radicaban en la embajada norteamericana en La Habana. Solo bastó un mensaje confidencial fechado el 26 de abril de 1948, enviado al departamento de Estado y firmado por el consejero de la Embajada, donde se daban a conocer en las altas esferas de la gran nación, todas mis actividades delictivas, pandilleras o gansteriles. Por ahí debo tener guardado esos documentos que fueron desclasificados en el año 2002... Y así realicé mis primeros pininos hasta que entré a formar parte de la Unión Insurreccional Revolucionaria (UIR), donde sin remordimientos puedo decirte que combinaba la política con acciones gansteriles. Sabes bien que eso de combinar cosas siempre ha sido mi fascinación. Política-gansterismo, estudio-trabajo, guerras-internacionalismo, espionaje-ayudas médicas, justicia-fusilamientos.
—Y ahora muerte-confesión —remató Pepe—. Sin dudas, hiciste todo lo que nos negaste. Si en mi época de estudiante universitario hubiéramos podido portar un arma calibre 45 y manifestarnos en tu contra, dudo mucho que hubieras durado tanto tiempo en el poder.
El anciano intentó soltar una carcajada y de nuevo la tos se apoderó de él. Una enfermera muy jovencita entró y le dio una cucharada de un jarabe, le tomó presión arterial y esperó hasta que la respiración del comandante volviera a su estado normal. Luego pidió permiso y se retiró.
Está muy bien adiestrada. Seguro debe ser estudiante de los Camilitos o ser una obediente «Hija de la Revolución» —pensó Pepe para sí.
—En tus tiempos de universitario ya yo tenía dividido a todo el pueblo cubano. Cualquiera que intentara sacar la mano, de inmediato se la cortaban. Son cosas que los líderes nuevos de América deben aprenderse bien. Si no polarizas a las masas, no triunfas. Si no polarizas a tus seguidores, nunca podrás saber quién está de tu lado y en tu contra. Y te digo esto con mucha propiedad, Pepe. Llevo muchos años en esto —se detuvo por unos segundos tratando de organizar sus ideas. El anciano se dio cuenta que ya no poseía esa mente ágil que lo había caracterizado hasta hacía solo unos años—. Desde que empecé a asistir al Colegio de Belén en La Habana, organicé una banda con cuatro o cinco de mis compinches y la utilizaba para acosar a mis compañeros de clase. No se me olvida que los padres jesuitas estaban escandalizados y aterrorizados. Nunca habían tenido un alumno como yo, decían. Debo confesarte Pepe que ahí me di gusto. Es muy divertido hacer bouling cuando todos saben que escondes una pistola bajo tu saco. ¿Te cuento una anécdota? —preguntó.
—Sí —respondió Pepe.
—Me recuerdo que un día uno de mis maestros del Colegio de Belén me expulsó del aula por pelearme con un compañero del salón de clases. Fue tanto el encabronamiento que me dio que sin pensarlo dos veces le dije al desgraciado casi a gritos—: Voy a traer mi pistola y te voy a matar—, y salí corriendo como un bólido. Creo que nadie pensó que lo haría de verdad. Todavía tengo en la mente la cara que pusieron todos cuando unos minutos más tarde regresé pistola en mano y apuntaba a la cabeza del maestro con mi 45.
Pepe dibujó una sonrisa irónica en sus labios y luego balbuceó en voz alta para que Fidel lo escuchara.
—Qué lástima que esa imagen suya no la pensaron cuando diseñaron al hombre nuevo cubano. Hubiéramos sido menos carneros. ¿No crees? Pero bueno, entremos en «El Bogotazo». ¿Te parece?
—Han pasado muchos años. Trataré de recrearte las cosas tal y como las vaya recordando. Todo empezó un día en una casa al Oeste de la Habana...

2
El Bogotazo. Abril del 1948.

Dos hombres bien acomodados y evitando ser vistos, observaban desde de auto estacionado en una calle de un barrio residencial de La Habana. Conversaban animosamente cuando se percataron que dos jóvenes se aproximaban a pie por la calle Baltimore.
—Son ellos —señaló uno de los vigilas llamado Ramón B. Conte, quien era uno de los mejores amigos de Fidel que colaboraba con la CIA en aquel entonces—. El de la izquierda es Fidel, el otro es Rafael del Pino Siero. También es colaborador de la CIA y participó con el ejército norteamericano en la Segunda Guerra Mundial.
Ambos caminaban tratando de no llamar mucho la atención hasta que se detuvieron frente a una casa identificada con el número 1035 y propiedad de Mario Lazo, un joven abogado que representaba los intereses de muchos negocios de norteamericanos en Cuba.
Conte sacó su arma y la puso sobre sus muslos. El otro oficial de la CIA que lo acompañaba lo imitó.
—Fidel es un tipo de un temperamento muy explosivo. Tenemos que estar listos por si arma algún escándalo. Lo más probable es que venga armado —señaló Conte.
—Y ya sabes que tenemos que hacer si rechaza la oferta —comentó el otro hombre levantando su pistola y colocándola en su sien—. La orden es disparar a matar.
Conte asintió con la cabeza, aunque no pudo evitar reflejar la contrariedad que provocaba en él la idea de tener que matar a uno de sus mejores amigos.
Fidel por su parte caminaba lentamente desde la acera hasta la puerta de la casa. Era un pasillo de unos quince metros. A la mitad del camino tocó a su acompañante con el brazo izquierdo y balbuceó casi sin mover los labios...
—Hay un auto en la calle detrás de nosotros. Hay dos hombres y deben estar armados. Si hay que salir corriendo serán los primeros objetivos que eliminar.
—Sí. Los vi. ¿No conoces a ninguno? —preguntó Rafael con el objetivo de comprobar si Fidel no se había dado cuenta de quien era. Él había reconocido de inmediato a Conte.
Llegaron a la puerta y Fidel muy decidido tocó a la puerta. Fue el propio Mario Lazo quien les abrió. Después de un saludo cordial y un buen apretón de manos, los hizo pasar a la sala. Tal parecía que no había nadie y que eran los primeros en llegar cuando de inmediato empezaron a salir uno a uno todos los invitados.
—Mi nombre es Richard Salvatierra —dijo el primero. Ni Fidel ni Rafael lo conocían.
—Y yo Isabel Siero —exclamó la segunda en salir. Fidel miró a Rafael como evaluando su reacción al escuchar que la mujer tenía como primer apellido, el segundo de su compañero.
Richard e Isabel eran oficiales de la CIA adjuntos a la embajada Norteamérica en La Habana. Luego y para sorpresa de Fidel, salió el exembajador de Estados Unidos en la Isla.
—Creo que no necesito presentación, pero siguiendo el protocolo, soy Willard Beaulac, mucho gusto —dijo al tiempo que estrechaba la mano de Fidel.
Los últimos en aparecer fueron dos norteamericanos.
—My Name is Roberts —dijo el primero.
—And I am Mr. Davies —soltó el segundo.
Ninguno de los dos se acercó a saludar de manos a los recién llegados.
Cuando todos estuvieron sentados Mario tomó la palabra.
—Antes de empezar esta reunión debo presentarles a quien la ha convocado. Sea bienvenido el Sr. William D. Pawley —exclamó al tiempo que todos los presentes se ponían de pie. Pawley era un hombre de negocios y muy amigo cercano tanto del presidente Eisenhower como de Allen Dulles. En ese momento era el embajador norteamericano en Brasil.
—Gracias a todos por asistir a esta reunión que pedí al Sr. Lazo organizara —empezó hablando en español. No lo hablaba rápido, pero se entendía muy bien—. Para muchos de los presentes no es un secreto que desde los tiempos de la Oficina de Servicios Especiales (OSS) durante la Segunda Guerra Mundial, he estado estrechamente ligado a los servicios de inteligencia norteamericanos y los he convocado porque quiero comunicarles que también he sido seleccionado como uno de los organizadores de la Novena Conferencia Panamericana de Cancilleres que tendrá lugar el próximo mes de abril en la Ciudad de Bogotá.
En ese momento Fidel se dio cuenta del nivel de conspiración que se iba a desenmascarar en esa reunión. Sintió que empezaba a correrle el sudor por todo el cuerpo y que algo iba a cambiar en su vida después de ese momento.
—¿Y acaso nos van a invitar? —preguntó Fidel.
—No solo te vamos a invitar. La agencia quiere probar si de verdad eres bueno para armar revueltas y alborotos. Queremos armar algo grande en Bogotá. Algo que no se le olvide a nadie por mucho tiempo, pero sobre todo queremos hacer ver al mundo que los organizadores de esta revuelta fueron los comunistas. Y ahí es donde entras usted joven Castro. Necesitamos que selecciones a varios de tus mejores hombres y muy pronto se van a ir a Colombia.
Fidel miró a Rafael y este asintió con la cabeza como afirmándole que podía contar con él.
Por su parte el Sr. Pawley empezó a caminar lentamente mientras organizaba sus ideas hasta que dijo a los presentes.
—Yo debo irme, porque no es conveniente que nadie se entere que me he reunido con ustedes. Después que Roberts y Davies les expliquen bien todo lo que tenemos pensando hacer en Colombia, el joven Fidel y su acompañante deberán quedarse y reunirse a solas con Richard Salvatierra. Él tiene la misión específica de ustedes dos, sus contratos, sus honorarios y además tendrá la misión especial de ser el controlador de nuestra futura nueva adquisición —dijo al tiempo que señalaba con el dedo índice de su mano derecha a Fidel Castro.
Fidel no salía de su asombro. Iba a decirle algo a Pawley, pero éste inmediatamente después de pronunciar la última palabra se volteó y empezó a caminar hasta que desapareció por la misma puerta por la que había aparecido.
Dos horas después aquella misteriosa reunión terminaba. Solo Fidel, Rafael y Salvatierra se quedaron.
—Tu misión de tu grupo en concreto será viajar a Bogotá y, fieles al papel de pandilleros provocadores, participarán en el asesinato de Gaitán, el cual será el pretexto perfecto para desatar el caos —apuntó Salvatierras y mirando fijamente a Fidel a los aojos le dijo directamente—. Una parte importante de esta misión será plantar pistas falsas para inculpar a los comunistas colombianos por estos disturbios. Y ahí es cuando entra el gobierno de los Estados Unidos; El Secretario de Estado norteamericano George Marshall usará los disturbios para difundir el miedo al comunismo y para convencer a los delegados que asistirán a la IX Conferencia de que la amenaza del comunismo es real y muy peligrosa ¿Alguna duda?
—No —respondieron casi a coro Fidel y Rafael.
Estuvieron una media hora más ultimando todos los detalles de la misión. Cunado todo estuvo dispuesto Salvatierras preguntó a Fidel.
—Necesito un nombre con el cual te identificaremos. ¿Tienes alguna propuesta?
—Alejandro —respondió Fidel casi sin pensar.
El 9 de abril de 1948, recién llegado de una audición para actor al que se presentó en los Estados Unidos, y a punto de casarse con Mirta Díaz-Balart, Fidel viaja a Bogotá como delegado de la FEU a la Primera Conferencia Interamericana de Estudiantes. Pero en realidad iba allí, básicamente para reventar la IX Conferencia Panamericana de líderes de la región.
En Bogotá se cita con el candidato a presidente Jorge Eliécer Gaitán y lo acompaña a la revuelta armada por la izquierda en las calles de la capital colombiana, para boicotear la Conferencia. Fidel fue parte activa de aquellas turbas enardecidas que quemaron todos los negocios y almacenes comerciales que encontraban a su paso. Esa misma tarde a las 13:30 horas Eliécer Gaitán encontró la muerte en medio de la revuelta. Cuando Gaitán fue asesinado, Castro y del Pino se hallaban muy cerca del lugar donde ocurrieron los hechos.
Las cosas se complicaron para Fidel y tuvo que esconderse con otros agitadores hasta poder encontrar el modo de salir del país. El 11 de abril, el recién estrenado como provocador internacional junto a dos de sus compinches, se fueron al aeropuerto bogotano, y aprovechando el descontrol que había en la terminal aérea, se colaron en un avión que volaba rumbo a La Habana.
El asesinato de candidato a la presidencia de Colombia desató una frenética orgía de muertes, destrucción y saqueos que destruyó la mayor parte del centro la capital colombiana. Los disturbios causaron la muerte de más de mil personas y alrededor de 150 edificios importantes fueron totalmente quemados o parcialmente destruidos por los provocadores.
Sin dudas estos disturbios marcaron el comienzo de un período sangriento en la historia de Colombia que se conoce como «La Violencia», que ha costado la vida a más de 200,000 personas y ha continuado casi hasta los días de hoy.
«El Bogotazo» fue la operación en la que la CIA usa por primera vez a su nuevo agente que habían reclutado pocos días antes en La Habana: un joven estudiante de la Escuela de derecho de la UH llamado Fidel Castro, cuyo nombre operativo sería Alejandro, mismo que usaría en los días de la Sierra Maestra.

3
Ante el umbral del túnel. Noviembre 2 del 2016. 8:45 a.m.

El anciano tomó un poco de agua y se aclaró la voz.
—¿Qué te pareció, Pepe? ¿Parece increíble?
—Sin dudas. Tal y como me dijiste hace un ratico... A quién le cuente esta historia dirá que estoy loco o simplemente me llamará mentiroso.
—Así está pensado, Pepe. Por un lado, los de adentro, dignos hijos de la Revolución, soldados del hambre, de los apagones, del sacrificio de estos casi 58 años de lucha, podrían hacerte un «acto de repudio». Los del exilio duro, como tú, pensarán de inmediato que les estás tomando el pelo. ¿Te imaginas lo que representa para un cubano que lleva en Estados Unidos, el tiempo de vida de esta revolución? ¿Qué pensarían aquellos que salieron siendo niños en aquella humanitaria operación «Peter Pan»? Puedo imaginar sus reacciones. Los estás echando a pelear contra el país que ofreció protección y ciudadanía. Pepe debes conocer un poco más la psiquis del cubano. Es complicado convencer a alguien que ha sido engañado toda la vida pero que no acepta ser engañado. El cubano que emigró en los años 60's y 80's son migrantes que en su gran mayoría se consideran cubanos por equivocación. Ellos nacieron en el país equivocado, pero son gringos de corazón.
Algunos suelen ser más hasta más gringos que los propios gringos.
—¡Qué macabros han sido! —exclamó Pepe.
—Desde el principio, Pepe. Cuba llevaba años bajo la lupa y el cubano el objeto de experimentación.
—Es por eso por lo que te atreves a contármelo todo. Sabes que nadie me va a creer.
—Todos quienes se han dedicado a tratar de investigar lo que pareciera obvio en mi historia y en la de Cuba, se ha encontrado la gran barrera de la incredulidad. Por lo general cuando se cuentan verdades incompletas y se repiten una y otra vez, terminan siendo las mentiras mejores contadas que culminaran siendo verdades históricas.
—Eso es justamente «La Revolución Cubana»; la mentira mejor contada.
—Creo que vas entendiendo perfectamente, Pepe. El Bogotazo sentó las bases para la consolidación del NWO y yo seré sin dudas una pieza más en ese diabólico mecanismo que controla los hilos de este mundo. Un mundo que es el gran escenario donde cada uno de nosotros es una marioneta perfectamente controlada.
—Significa que... —El anciano lo interrumpió.
—Exactamente así, mi querido Pepe. Es posible que sean tú y tu gran amigo Nelson quienes estén destinados a contar la «Gran Verdad». Muy pronto el mundo cambiará por completo. No lo olvides. Serán otras las relaciones de producción, las relaciones personales, incluso las relaciones familiares. ¡No lo olvides, Pepe! —exclamó mientras dejaba caer su cabeza sobre la almohada—. Ahora déjame solo. Quiero dormir un par de horas.
Pepe se puso de pie con la intención de retirarse, pero algo se lo impedía. Llegando a la puerta se volteó y se dirigió al anciano...
—¿Por qué yo? —preguntó.
—Eso mismo me pregunté muchas veces aquel día de 1948 sentado entre tantos agentes de la CIA. ¿Por qué yo? Y hasta hoy me lo sigo preguntando.
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