viernes, 23 de marzo de 2018

Las redes sociales y la crisis de la realidad.



La Izquierda en las redes sociales desde hace un tiempo a la fecha se viste de Chusma. La intolerancia de los Castros se hace visible en cubanos que viven en el exilio disfrazados de anticastristas o de simples refugiados económicos que vociferan no ser políticos pero atacan sin pensarlo a cualquiera que haga uso de uno de los más sagrados derechos del hombre; la libertad de expresión.

Es posible que siempre haya sido así, pero estaba muy bien enmascarado. Ahora las ideas buenas no lo son si vienen de una parte contraria de pensamiento o más estrictamente hablando (para caer en los extremos): no son buenas si no concuerdan con lo que yo pienso.

¿Desde cuándo viene esto ocurriendo?

Tal vez puede que esté sucediendo desde mucho antes de los Castros (a nivel del cubano). Pero el detonante pienso que surgió, y a lo mejor estoy diciendo algo equivocado, desde el surgimiento de las redes sociales y la dictadura de la “manipulación de la verdad” en el periodismo, ya sea escrito o de televisión, el mundo entero sufre de esta crisis de la realidad.

Por ejemplo; Bill Clinton escandalizó la oficina oval en varias ocasiones con su debilidad por las faldas y solo quedó en: El tipo es hombre. Malo que fuera maricón… Pero si el 45 tiene un affaire, es un depravado mental. ¿Cómo es posible que un presidente le pague a una prostituta? Es bochornoso. Los dos ejemplo son líos de faldas, pero uno es más grave que el otro. ¿Por qué? Muy simple; todo depende de qué lado duerme la iguana. Si del lado izquierdo o del derecho.

En Cuba lo vivimos con la dictadura del Granma. Un periódico que fue reduciendo sus páginas (por culpa del bloqueo gringo) y en donde solo se leía que en Cuba todo está bien y el mundo fuera del régimen está completamente jodido. Se reportan violaciones de los derechos humanos en el mundo entero, pero en Cuba no se violan los derechos humanos. Para un cubano común la única pregunta coherente sería: ¿Qué son los derechos humanos? Partiendo de que nunca se ha enseñado en el modelo educacional cubano que contiene la carta magna de los derechos humanos del hombre. Lo mismo pasaba con la historia. Todo lo bueno en la historia de la isla, ocurrió después del triunfo revolucionario. De ahí para atrás, todo era malo e inservible.

Pero esto no es solo de Cuba. Hoy la Izquierda en el mundo hace lo mismo y con una fuerza brutal.

Hace un tiempo no muy lejano cuando Obama era el presidente de la gran nación, invadía países, deportaba mexicanos a razón de casi 1000/por día, beneficiaba al castrismo con su política blanda de acercamiento a Cuba, y hasta hizo comedia con Pánfilo en una sorprendente visita a la Habana… y nadie, o casi nadie «dijo nada». Y no me refiero a los que siempre han mantenido una política abierta en contra de la dictadura. Me refiero a todo ese inmenso sector que en silencio se mantiene dentro de un closet, mientras sus intereses no sean tocados. Y me refiero también y con más intensidad a esos medios de comunicación que hacían caso omiso a todo lo que estaba pasando como si en realidad no pasara nada. Solo hacía falta un detonante para que salieran del closet. Y ese detonante portaba cabello rubio, mirada inquisidora y andar altanero pregonando sus frases de campaña «América será grande otra vez, vamos a deportar a todos los ilegales y el Muro va».

En ese momento, CNN quien había tapado las casi 1000 deportaciones diarias de Obama, saltó como si le hubieran encajado en una aguja en las nalgas. Univisión bajo la palabra hipócrita de un migrante que nunca sintió en carne propia los más de 59 años de sufrimiento de los cubanos con familias en dos tierras, ni hizo nada por sus coterráneos ilegales en Estado Unidos, ahora alzaba la mano en contra de las palabras de un presidente que insistía en proteger las fronteras del país al que iba a empezar a gobernar. En ese momento Jorge Ramos, saltó como una liebre, después de estar 8 años sin decir nada sobre la política migratoria del presidente de color negro que más mexicanos deportó en la historia moderna de los Estados Unidos. Es posible que si Trump fuera a Cuba, visitara un paladar y asistiera al programa de Pánfilo, fuera un populista recalcitrante; Obama solo era un presidente carismático.

Pero volviendo al tema de las redes sociales y la izquierda, lo que más me preocupa es que hoy todo tiene un tono más grotesco. Hoy en las redes sociales no se discute con argumentos, se discute con ofensas. Y los cubanos, creo que vamos a la cabeza.

¿Llevaremos eso en los genes? Somos dignos de una investigación científica. Algo debe haber en el agua, en el sol, en las calles, en las “croquetas pega-cielos”, o hasta ese ron que nos jactamos en decir que es el mejor ron del mundo, que nos imposibilita a todos vivir en armonía.

El cubano vive entrópicamente hablando en un caos perpetuo. En un dale al que no te dio. No solo te machuca el de arriba, sino el de al lado, y hasta el de abajo.

Con la llegada de los Castros en el 59, Cuba dejó de existir para convertirse en una Isla Solar; en la mayor cuartería del Caribe. Y los cubanos nos convertimos en ratas de laboratorio que peleaban entre sí. De un lado los seguidores del rey (con voz y voto aunque con hambre) y al otro los opositores (sin voz ni voto y también con hambre). Los primeros, liderados por una sinfonía de organizaciones de masas de naturaleza zurda y bautizada con siglas. Los segundos, sin líderes y bautizados de ofensas convertidas en adjetivos. Y la historia es muy bien conocida. No solo adjetivos recibieron los que decidieron no estar del bando zurdo. En los primeros años fueron víctimas de presidio político, fusilamiento y tortura bautizados con el adjetivo de contrarrevolucionarios y los que pudieron escapar formaron parte de lo que la izquierda mal llamó “La mafia de Miami” y más adelante, en el 80 se les llamó “Escorias o marielitos”, en el 94 balseros y por últimos aparecieron los pies descalzos. Y así nos adaptamos a vivir: en eterna discordia. Divididos hasta el tuétano. Incluso los que escapamos, nos llevamos el virus como portadores pasivos. Solo era cuestión de alimentarlo hasta que un día el virus se convirtiera en pandemia.

Y la historia data desde los primeros que llegaron. Ahí nació el gran exilio histórico, lleno de patriotismo, nacionalismo y dignidad, pero también dividido por tantas etiquetas que le había impuesto la dictadura.  Después llegaron los marielitos, más tarde los balseros y posterior los pies secos y mojados. Todos estos grandes grupos tenían sus peculiaridades muy marcadas y respetadas pero a esto hay que añadir que el gobierno se dedicó a infiltrar esbirros del g2 en esos grandes grupos y en poco tiempo ya tenían a Miami completamente invadido de súper agentes secretos cuya misión más importante consistía en dividir desde adentro, más aún al exilio.

Y por último, hace apenas un año y unos meses, apareció el “forty five”, para echarle un poco más de carne al asador. El virus tenía ahora otra razón para mutar, y para los cubanos que salimos de Cuba por no ser zurdos, apareció otra razón para exaltar la división. Los amantes del “forty five” y los depredadores del “forty five”.

Ahora gran parte del exilio, que jamás tuvo el valor en Cuba de alzar la voz en contra de la dictadura, empezó a gritar en contra del “forty five”. Cosa que detonó como vil bomba para alimentar ese virus innato que traemos en la sangre los cubanos. Ahora todo el que defiende las posturas del “forty five” es atacado sin clemencia por los depredadores del “forty five” que amaban con pasión y obsesión al carismático mulatico de la sonrisa perfecta. A ese que traicionó al exilio, eliminó a los pies descalzos y reanudó las relaciones con el régimen castrista.

¿Y que hay detrás de todo esto?

No dudaría ni tantito que aquella isla laboratorio extrapoló sus investigaciones de campo a 90 millas más arriba desatando una guerra nada silenciosa en la meca del exilio. Una guerra silenciosa que amenaza convertirse en letal, incluso sin el uso de la temida AR15 y toda arma de exterminio masivo. Muy simple. Un campo de batalla en el cual se pone solo una foto, se llena un perfil y se enarbola una bandera. Esa “noble” idea de Mark Zuckerberg de unir a los amigos de antaño, es hoy un campo de batalla para desunir y dividir a los que no piensan de igual manera y en esta guerra, pelean entre sí los cubanos como jamás se ha peleado en nuestra historia. Nuestros mambises tiñeron de sangre nuestra tierra por la libertad de Cuba del dominio de España. Hoy los cubanos teñimos de ofensas las redes para demostrar quién es más fuerte, quien dice más groserías, quien tiene más “likes” y más seguidores, y la libertad de nuestra isla ha pasado a planos inferiores, cosa que absolutamente le da terreno a los zurdos para lograr sus objetivos. Dividirnos más para vencernos mejor y para postergar la muerte de un enfermo que agoniza a patadas a 90 millas del imperio.

miércoles, 21 de marzo de 2018

El día que me encontré a Mario Conde en el Versalles



¿Quién me iba a decir a mí que estando su creador Leonardo Padura chorreando su baba asquerosa con el “podemista” de Iglesias por allá por la madre patria, yo  me encontraría desayunando en El Versalles de la calle 8 a mi colega Mario Conde, uno de sus más famosos personajes.  ¡Por Dios! Me lo hubiera encontrado en el café Colón de la Calzada de 10 de octubre y no me hubiera sorprendido, pero aquí, donde habita toda la mafia del exilio cubano (según Padura)... ¡No lo podía creer!
Ni siquiera llamé a mi creador. No podía perder la ocasión. Estas son oportunidades que uno no puede despreciar, así que sin pedir permiso, me senté junto a él.
Pepe el Salao (PeS): Ñoooo asere, pellízcame para ver si estoy despierto… ¿Tú aquí? Ese detective honesto, revolucionario y fiel al socialismo… disfrutando de las mieles del imperio. ¡No lo puedo creer! Algo anda mal en Dinamarca.
Mario Conde (MC): Coño, Pepe, estamos a punto de cumplir 60 años… creo que me lo merezco, ¿o no? Si mi creador anda paseando por toda Europa, ¿por qué no puedo hacerlo yo? Necesito un respiro hermano, así que me escapé de unos de los libros que dejó por aquí cuando estuvo en Miami y aproveché para dar un paseo. Necesito liberarme. 
PeS: Por cierto… ¿Qué te pareció la entrevista que le hizo Iglesias a Padura en España?
MC: Casi me vomito. Tú sabes que mi jefe tiene un verbo fino y eso de hablar por hablar y engatusar a la muchedumbre sin que nadie le entienda un carajo, se le da fácil. Tú sabes que es un don de los de izquierda, pa’qué te digo algo que ya tú sabes, pero cuando lo escuché hablando de la guerra de Angola, ahí fue donde se me estrujaron los cojones asere. ¡Hay que tener cara! Decir que los más de 10,000 muertos que hubo en Angola fueron por causas ajenas a la guerra, es un globo más grande que su cabeza. Una guerra a la que se mandaron jóvenes en pleno disfrute de la vida. Una guerra que no era nuestra y que ni los propios angolanos han agradecido jamás a Cuba nuestra supuesta ayuda. Angola será el fracaso histórico que nunca podremos olvidar aunque el de "Podemos" y Padura digan lo contrario.  
PeS: Sí. Es increíble. Que lo diga un corista de la dictadura que toda la vida a estado acostumbrado a repetir como un papagayo lo que le obligan a decir, es pasable, pero que un tipo con inteligencia, trate de tapar el sol con un dedo y ande por el mundo diciendo verdades a medias o mentiras muy increíbles, con tal de no comprometerse, es una vergüenza. Una verguenza para los escritores cubanos del exilio que luchan día a día para que sus obras sean conocidas y pasan mucho trabajo, mientras editoriales de prestigio le hacen el juego a Padura y a la dictadura... No tienes idea del empute que tiene mi creador. 
MC: No es fácil. Yo me he pasado toda mi vida trabado entre dos muros. Padura me usa, así como usa a otros personajes, para decir lo que no quiere decir él, porque no quiere perder ese puestecito que le ha dado el gobierno, de ser el vocero del sistema y además, vamos a estar aquí, también tiene miedo a que lo aplaste el aparato y que se le acabe esa oportunidad de estar viajando por el mundo. Una buena estrategia ¿sabes? Un público de izquierda, que vea que un intelectual, hable maravillas de ese sistema y justifique todo lo malo que se ha hecho, como pequeños errores humanos, pues no dudaría en creer lo que escucha. ¿Me entiendes? La hipocresía tiene un nombre, y entre escritores hoy se llama Padura. No más que no se entere porque es capaz de denunciarme con el gobierno para que me fusilen por traición a la patria. 
PeS: Sí coño, hace poco vi una entrevista que le hizo Loret de Mola en México, y escuché que todo lo que ha pasado en Cuba en estos 59 años, ha sido culpa del Bloqueo asesino que mantiene Estados Unidos contra la isla y ahora por supuesto, le echa la culpa a Trump.
MC: Ay Pepe, a otros con ese cuento. Tú lo sabes tanto como yo, que el mayor bloqueo que han sufrido los cubinches, ha sido el bloqueo interno que nos han puesto a los que vivimos en la isla y no hemos tenido la posibilidad como tú, de tomar un barco y arriesgarte a como sea para salirte de ahí. El bloqueo ese si está de cojones… Te lo digo yo que he estado dentro de la policía y se cómo se mueven las fichas de ese juego. Nos han bloqueado la lengua, la mente, el estómago, y hasta el culo coño, tú sabes que es vivir en un país que hasta para encontrar un baño público y poder cagar, hay que ser un mago.
PeS: Te entiendo. Ser un personaje de alguien que no es coherente en su forma de actuar con su forma de pensar, te hace un personaje endeble... hasta hipócrita.
MC: Tú sí que tuviste suerte socio. Tú si hablas en tu novela lo que piensas y en congruencia con tu creador. Para mí es un dilema, cuando este cabrón me pone a prender a un tipo que tiene que robar cuando no tiene que comer, porque soy responsable de aplicar la ley, en un país donde no existe la ley. Cuando me pone a atrapar a un tipo que robó una obra de arte, para buscarse unos fulas para poder pirarse del país. Yo sí estoy jodido. Porque el día que venga por mí a cobrarme lo que he hecho defendiendo a un sistema que no me agradece nada. Mira, estoy ahora aquí de ilegal, cuando yo debería tener los mismos permisos que tiene Padura para salir del país cuando me dé la gana. Yo he hecho mucho por esa revolución. No es fácil Pepe. ¿Tú crees que yo no quiero ser un personaje como tú, o como otros creados por escritores de la diáspora?
PeS: Te entiendo. Te vi en Netflix cuando te metieron en plan pijama en la casa, en las 4 estaciones de la Habana.
MC: Y encima tienes que soportar esas cosas. Lo que hace un escritor para quedar bien con el oficialismo.
PeS: ¿Y si te quedas aquí en Miami?
MC: Quien sabe hermano, con todo lo que ha hablado Padura de Trump, yo seré el primer deportado. Ni cojones. Ya estoy viejo. Y mejor no pienso en eso, no me metas el diablo adentro, y mejor sigo disfrutando de esta yuquita que está encojoná.
Terminó de comer y nos pusimos de pies para despedirnos.
PeS: ¿Y qué vas a hacer ahora?
MC: Ahora me voy a buscar un lugar donde pueda sentarme a reposar y terminar de leer…
Hizo una pausa y sacó de su mochila un libro. Quedé sorprendido y al mismo tiempo contento. Mario Conde estaba leyendo Epitafio para un sueño.




viernes, 9 de marzo de 2018

EL DETECTOR DE METALES



Vivir en el campo cubano tenía sus pros y sus contras. Al guajiro solo se le asociaba con caballos, puercos y largos surcos de cualquier cosa que naciera en el campo, pero nunca con que pudiera estudiar física; digamos que este es uno de los contras más cabrones de vivir en el campo.
Y así le pasó a Bartolo. Un estudiante de Física que salió huyendo de su batey por allá por el año 70 cuando la efervescencia revolucionaria andaba bien subida con aquello que los 10 millones iban porque iban, aunque la verdad haya sido otra.
Bartolo, tenía un abuelo que todos los días cuando caía la tarde, le contaba que por los alrededores del Batey había un tesoro enterrado. Según decía, por allá del 26, después que había pasado el ciclón y había destrozado más del 90% de la ciudad más cercana al batey, como diez días después, había llegado un forastero que había entrado a la bóveda del banco y se había llevado todo el dinero, el cual había enterrado por los alrededores del caserío.
Según cuentan los más antiguos del lugar, todo aquello era producto de la imaginación del carismático abuelo de Bartolo, pero por años estuvieron buscando por todos los rincones y no quedó un lugar a la redonda donde hubieran hecho un hoyo para buscar el dinero.
Y heredando la terquedad de su abuelo ya fallecido, Bartolo, como buen estudiante de física, movido por la inquietud de la experimentación, se dispuso a construir un detector de metales.
—Es fácil papá —le dijo mientras le mostraba el artefacto que había construido—. Mira, los detectores de metales funcionan mediante una propiedad física que se llama magnetismo. El detector crea un campo magnético a través de una bobina de cable, y entonces dirige este campo magnético a través de la superficie del suelo. Otro circuito dentro del detector de metales es el que “escucha” este campo magnético y emite un tono que puedes escuchar por un altavoz. Cuando la bobina de cable pasa por encima del terreno, y hay un objeto metálico, el sonido cambiará de tono. Este cambio de tono indica que estás cerca de un objeto metálico y que deberás empezar a cavar. Cuanto más grande sea la bobina de cable, más sensible será el detector de metales.
—Pero hijo, ¿Cómo fue que construiste eso? —preguntó el papá algo asustado.
A Bartolo no le dio tiempo explicarle a su papá como había construido el detector desarmando un radio viejo y una televisión inservible que había en el laboratorio de física donde estudiaba porque una sirena se escuchó de repente anunciando la llegada de un carro patrullero que venía a detenerlo.
Dos policías entraron a la fuerza al bohío y lo esposaron más rápido que lo canta un gallo con el único y equivocado argumento que Bartolo era un agente al servicio de la CIA que había introducido al poblado un arma de exterminio masivo.

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