EL FACEBOOK Y LA
CUBANIDAD.
El muro de Facebook es
como una casa en Cuba. La puerta entreabierta con el gancho puesto para que
todos los vecinos puedan entrar. Una vez adentro se mira todo con vista
giratoria de 360 grados, se analiza todo
como lo hiciera en su tiempo el gran detective de lupa y cachimba culminando
las pesquisas con un elocuente «Elemental Watson»
Todo se ve, nada se
toca. Todo se infiere y se interpreta según sea el tamaño de la lupa del invitado
y pobre de esa casa en la que no se encuentra lo que se esté buscando.
Cuando es un enemigo
evidente, no hay cabida para la más remota posibilidad de impedir un comentario
al más vil estilo de vecindad cubana y con ello seguimos viviendo en Cuba
aunque estemos en el exilio. Unos más sinceros, otros más moderados, otros arraigados
al extremismo de izquierda o de derecha pero sin perder una pizca de nuestra
cubanidad.
Recordemos cuando en la
lejana Isla entraba el CDR o el sindicato a evaluar o vigilar lo que cada quien
hacía, decía o pensaba.
Pongamos un ejemplo.
Pepe escuchaba la WQAM a todo volumen. Y cuando se acababa una canción corría a
bajar el radio para que no se escuchara a Charles Fernández decir que había un
«Beatiful day in South Florida» o los cortos de noticias que irremediable
ponían cinco minutos antes de la hora en punto. Pero si Pepe se había metido al
baño a resolver un pequeño asunto que no podía postergarse, y no alcanzaba a
bajar el volumen, se lo llevaba el mismísimo infierno.
Ya se imaginaran… «Pepe
es un desafecto a la revolución porque escucha estaciones en inglés. Ese idioma
que habla el enemigo de nuestra querida revolución… y ahí empezaba el viacrucis:
el reporte del CDR al agente del G2, este lo elevaba al núcleo del PCC, y de
ahí lo bajaban al sindicato y empezaba la máquina de moler carne a triturar a
Pepe hasta que quedara hecho mierda y marcado de por vida.
El resultado es bien
conocido: Pepe tendría muy pocas posibilidades de sobrevivir… o soportar como
un hombre o tomar una lacha y lanzarse a la mar a merced de las corrientes o de
la fauna marina.
El Facebook es lo
mismo. Si Pepe es demócrata, o declara abiertamente que es republicano o dice
que simpatiza con Trump o que le gustaba la Hilary, empieza a activarse el CDR
del cibersolar y la máquina trituradora de moler cualquier cosa —porque en el
Facebook es distinto que en la Isla— aquí nadie tiene miedo porque ya somos
libre de opinar y hasta de ofender si fuera el caso, pero no libre de respetar
lo que otros piensan— Incluso los que no opinan por no salirse del closet, callan
porque siguen viviendo con el mismo miedo con que vivían antes y con el síndrome
de las post-salida al pensar que todavía los vigilan.
También en el Facebook se
activan los mecanismos de espionajes y los que no piensan como el propietario del
muro aplican el proceso de bloqueo (este no es económico) total y te declaran
persona Nom Grata.
Al final, amigos, lectores
y simpatizantes de mi forma de pensar, no hay nada más parecido a vivir en Cuba
que tener una cuenta de Facebook. Un muro es como la puerta con el gancho
puesto donde entra quien uno quiere que entre. Una vez adentro, tendrás que ser
lo suficientemente inteligente para sobrevivir si quieres «pertenecer» o ser uno más que ve con tranquilidad los toros desde
la barrera.
De cualquier manera no
te salvaras del CDR, ni del sindicato, ni del núcleo, ni de esa maquinaria
cubana que corre por nuestra sangre como parte de esa cubanidad innata que nos
caracteriza.
Saberse o sentirse vigilado. Esa herramienta de contacto que es Facebook permite diversas posibilidades de ser leído, pero hasta en la estricta posibilidad de que sólo los amigos puedan ver lo editado en el muro, la intimidad y privacidad ya no es como antes de Internet.
ResponderBorrarUn saludo
Asi mismo es...
BorrarUn saludo Albada Dos.
Buena comparación. No me caían bien las redes sociales, pero ahora menos todavía.
ResponderBorrarUn abrazo.
son el cibersolar. la vecindad espacial.
BorrarUn abrazo Chema.