miércoles, 15 de agosto de 2018

BLANCAMUEVE Y SUS 7 MARIDOS.




ANDAR CIENFUEGOS CON UN POCO DE HUMOR Y SARCASMO CON EL CUENTO: BLANCAMUEVE Y SUS 7 MARIDOS.
(Cualquier parecido con la realidad es pura realidad)

Hay personas que nacen con la música en la sangre. Y como sucede con casi todos los cubanos, así era Blancanieves. Cuenta su padre, que desde niña era así y que recuerda con mucho cariño que el primer día que la niña fue a la escuela primaria William Soler (Antiguo Elisa Bowman), ese día se buscó su primer reporte por mala conducta. Y sí, transcurría el primer matutino al que asistía la niña y después que la directora pidió a todos ponerse en atención para escuchar las notas del Himno Nacional y esté empezó a sonar en todas las bocinas de la escuela, Blancanieves comenzó a bailar moviendo la cintura sin parar. Desde ese día, todos la apodaron Blancamueve.
Con los años, Blancamueve fue creciendo y convirtiéndose en eso que hoy llamamos el mejor invento surgido de la mezcla del español con africano. Sin dudas, una autentica mulata guapachosa y sandunguera a la que no le faltaba nada. Todo en ella encajaba con singular alegría. Cara linda, buenos pechos, exuberantes nalgas, y un zalamero andar que cualquier hombre o mujer que pasaba por su lado, tenía que seguirla con la vista y dejar escapar un incontenible ¡Wuao!
Siendo aún muy pequeña su madre se anotó como escoria y después de recibir un detestable “acto de repudio” —organizado por su propio marido— se piró por El Mariel hacía Miami, cuidad en la que hoy vive la señora. Poco tiempo después, su padre volvió a rehacer su vida al lado de otra mujer. La madrasta de Blancamueve era una terrible chivatona, presidente del Comité de Defensa de la Revolución, quien por razones muy obvias, la envidiaba muchísimo a causa de su belleza. Cuentan en el barrio de San Lázaro que La madrasta de Blancamueve poseía un espejo mágico que era capaz de decirle, además de quien era la mujer más guapa del barrio, quien hacía negocios ilícitos, quien vendía carne de res, y quien hablaba mal de la revolución. Sin dudas, la señora era una verdadera pesadilla para los «bisneros» del barrio.
Cuentan también las malas lenguas que la Madrastra siempre muy confiada le preguntaba a su espejo:
— Ohhh espejito mágico, ¿podrías decirme tú, quién es jeva más buenota de Cienfuegos?
—Eres tú mi señora, la más bella de todas —el espejo respondía ante la petición de su ama.
Hasta que un día, con el paso de los años la respuesta del espejo no fue la que ella acostumbraba a escuchar sino que en su lugar dijo:
—Mi señora todavía tú sigues estando muy buenota y linda pero, siento decirle que ya Blancamueve te ganó.
Al escuchar aquella respuesta la mujer enfureció muchísimo pues no entendía que Blancamueve fuese la más hermosa.
Debido a esto reunió a todos los miembros del comité de la cuadra, que como ya les he dicho ella presidía y les dijo:
—A ver, cabrones. Hace unos instantes el espejo mágico me ha revelado que ahora Blancamueve está más buena que yo. Es por esto que les ordeno que la capturen, la lleven para el manglar de la doble vía, la hagan pedacitos y la echan al río y para estar segura de que cumplieron la orden, me traen su teléfono celular.
Todos los vecinos, ante tal orden, fueron en busca de la joven y al encontrarla le propusieron ir a dar un paseo hasta el final de la calle Gloria, ya casi junto al manglar. Mientras daban el paseo, todos los tipos —que estaban todos enamorados de Blancamueve— le contaron los planes macabros de su madrastra y le pidieron que huyera y le pidieron a la hermosa mulata que les diera su celular, pasaron por Etecsa, le pusieron una recarga de 20 CUC y se lo llevaron a la chivatona madrastra que al ver el celular exclamó:
—¡Qué maravilla! Con este iPhone de $900 dólares si podré estar conectada con el mundo y con mi agente del G2, además de que vuelvo a ser la jeva más buenota de Cienfuegos.
La pobre Blancamueve empezó a caminar por la doble vía, rumbo a Pastorita, hasta que encontró una pequeña casita y entró. En el interior todo era muy pequeño, había una mesa muy chiquitica, 7 sillitas y 7 camitas. De momento pensó que había entrado a un círculo infantil, pero no. Recordó con agrado que el círculo estaba justo en la entrada de Cienfuegos. Muy cansada y desconsolada, Blancamueve tenía mucha hambre así que se comió todo lo que había en los siete platitos y después se acostó sobre las siete camitas… y se quedó dormida.
Para no hacerles el cuento muy largo, la casita a la que Blancamueve había llegado tenía dueños, y no eran nada más y nada menos que siete enanitos. Al llegar estos a la casa se percataron como la hermosa mulata dormía tan placenteramente sobre sus camas. Uno de ellos exclamó:
—¡Ñoooo acere, está buenisima! Miren que clase de c….
—Sí, está descomunal —respondió otro de los enanos—. Podría quedarse a vivir con nosotros. Quien quita y nos…
No terminó de decir lo que estaba pensando porque en eso, Blancamueve se despertó.
—Hola, perdón por haber invadido su casa. 
—No hay problema mulata, te puedes quedar a vivir con nosotros, sin lio. A fin de cuenta somos unos niños.
Y diciendo esto, los 7 enanitos empezaron a quitarse a la ropa (como eran niños) para irse a bañar.
Cuando Blancamueve los vio en cuero exclamó sin pensarlo dos veces:
—Wuao, ustedes serán ñiños y serán lampiños, pero esos penes y esos huevos no son de niños. Así que de aquí soy…
Y así sucedieron las cosas. Blancamueve se casó con los 7 enanitos y fueron muy felices los 8 y desde ese día en aquella humilde casita (ya remodelada y agrandada) los enanos cantan:
Y si con otro te mueves «sabrocho…» 
Vamos a ser feliz, vamos a ser feliz 
Felices los 8 
Te agrandamos el chocho…
Y vamos a ser felices los 8.
Y a mí no me crean mucho, porque no estoy yo ni para contarlo ni ustedes para creerlo, pero dicen las malas lenguas que esta historia fue la que inspiró a Maluma para componer su asqueroso reggaetón…que hoy bailan los niños en las escuelas primaria, y que por suerte ya no gritan “seremos como el Ché” pero Ppara desgracia, si mueven sus cinturas de una manera grotesca al compás de “seremos felices los 4”. Válgame Dios. ¿Educación gratuita...para esto?
Dicen también, que la mamá de Blancamueve los reclamó a los 8, y se los llevó pal Yuma donde hoy vive la familia completa. Y para que comprueben que tan buen corazón tiene Blancamueve, dos años después de haber llegado a los Estados Unidos, reclamó a su papa y hasta a su madrastra, quien después de chivatear a tanta gente y de haber intentado matar a Blancamueve, hoy se encarga de promover el intercambio cultural y de llevar a todos los grandes «esclavos reggetoneros» a ganarse unos dólares a Miami, para después gastárselos en la Isla y seguir llenando las arcas de la dictadura.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, pero el reggaetón… ese sí que nos ha contaminado.

2 comentarios:

  1. Mejora por mucho la versión original.
    Un abrazo.

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  2. Muy bueno. Esa mulata de tremendísima guapura hizo bien en casarse con siete enanos, bueno, igual eran demasiados hombres para una sola mujer, pero sobre todo que la madrastra no la encuentre, no tenga envidia de tal ramillete de varones

    Un abrazo

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